domingo, 27 de octubre de 2013

OS ECHO DE MENOS...


Os echo de menos, a todos y cada uno de vosotros. A todas vuestras risas, a todas las miradas, a todos los juegos y todas las rabietas... añoro todas las cosas, pero sobre todo os añoro a vosotros. A vosotros que con caras sucias y churretosas os bañabais conmigo en la tina de cinc más grande del mundo. A vosotros, compañeros de deberes con sumas de cuatro filas y catecismo de memoria. A nuestras miradas limpias que lograban intuir y ver figuras en una tele sin sintonía. A las inocentes mentes que querían una navidad eterna llena de belenes y Reyes Magos. Al pan con chocolate repartido. A los besos que a todos nos pedía cuando volvía de trabajar... Echo de menos las risas cómplices que en la mesa conteníamos, y los amores que en casa se cantaban cuando había limpieza general. El aroma a comida casera para muchos y con invitados más rica y mejor; la sintonía del "Un, Dos, Tres" y sentarnos en el suelo pues no cabíamos en el sofá. Las coletas despeinadas y las canciones de los Bee Gees... la cocacola en compañía y solo de vez en cuando; el yogur para el que tenía gripe, las faldas y los vestidos heredados...
Añoro las vacaciones en aquel apartamento diminuto y las patatas fritas a media mañana a la orilla del mar; los paseos vespertinos con helados de dos pesetas, vestidos nuevos y columpios en la playa.
Echo de menos las vísperas de Reyes despiertos esperando el gran milagro, las tablas de multiplicar cantadas, el frío de las sábanas en invierno, tu pelo rubio y el tuyo tan negro... a vuestras bocas con huecos esperando al ratón Pérez, las canciones inventadas con anuncios de la tele, los disfraces, las funciones del colegio, las excursiones lloviendo... Añoro soplar las velas de la tarta, de la mía y de las vuestras; las botas de agua y los charcos, las nevadas a destiempo y las castañas asadas... Tus manitas pequeñas; tus llantos desatendidos y tus pasos vacilantes, tus mentiras cuando me faltaba un cromo y los repasos de la tabla en el cuarto de coser... Echo de menos los calcetines de lana y los zapatos Gorila, las faldas de cuadros tableadas y los jerséis de cuello de pico; mis dos manos  ocupadas con las vuestras, pues cruzábamos la calle, y mi cartera colgada a modo de bandolera...  
Os echo a todos de menos... A todos vosotros y a mí... a los niños que fuimos en aquellos años que son ya lejanos pero que tan claramente  recuerdo. 

 
Nos vemos y nos leemos pronto

sábado, 19 de octubre de 2013

Y OCTUBRE SE VISTIÓ DE ROSA

Hoy es fiesta... hoy, por ser hoy, todo se tiñe de rosa, se viste de raso, de risas y de lazos. Hoy es el día que se cumplen los deseos de mujer, los femeninos. Hoy se peinan las niñas con trenzas y raya en medio; se pintan los labios las quinceañeras; se tiñen de vistosos colores las uñas de madres y de abuelas. Hoy nos ponemos encajes y tacones altos, nos enfundamos en medias transparentes y nos peinamos con moños sugerentes... Hoy sabemos que si nos hacemos las mamografías correspondientes, podemos prevenir y así no tener que curar y lamentar. Hoy, más fuertes que nunca, le decimos a esa estúpida enfermedad que somos legión y que la venceremos. Que nacimos mujeres y que así moriremos, siendo mujeres a pesar de sus devastadoras mutilaciones. Así que hoy, con el alma vestida del color más dulce, celebremos que somos fuertes y que podemos luchar contra el cáncer de mama.
Por tu hija, por tu madre, por tu hermana, por tu amiga, por tu vecina, por tu profesora, por tu compañera, por... tí, por mí... pon un lazo rosa en la mente y el corazón de tu vida, porque: "El cáncer no termina en los hospitales, no acaba en la derrota de la enfermedad. Los miedos no se estirpan, se vencen. La vida no se reconstruye, se afronta. El cáncer no caduca, el cáncer no se esconde... el cáncer se supera. Solo cuando estemos francamente convencidos, solo entonces, habremos ganado el desafío" (epílogo del corto "la teta que os falta" de Cesar Ríos Aguilar).

http://fibac.abc.es/vídeos/teta-falta-3049.html

Nos vemos y nos leemos pronto

domingo, 6 de octubre de 2013

"SOLO LOS MUERTOS PUEDEN QUEDARSE..."


El Roque, isla de La Palma
Muerto número 11... Ese el número que se ha escrito en la tapa de mi caja. Una caja blanca, de madera lujosa y bien cepillada. Una etiqueta que cuelga, describe: "hombre, aproximadamente unos 3 años..." Encima un osito de peluche y una flor. Fin de la historia... historia de una vida muy corta. Estoy lejos de mi país y de mi padre, pues sin apenas saberlo yo solo viajé con mi madre, una somalí miembro del clan Isaaq guapa y orgullosa de su raza y de su pueblo. Ella me contaba cuentos cuando la luna estaba grande y redonda, y comíamos juntos en el mismo plato la misma comida. En mi pueblo, durante el día, pasaba el tiempo junto a mi abuelo, que me enseñaba el arte de la caza, pues ese iba a ser mi oficio: cazador. Y por la noche escuchaba las poesías que los mayores recitaban cerca del fuego. Un día, mi madre con sus largas manos, se colocó su hiyad rosa, el que solo usaba para las fiestas y me vistió a mí con la mejor ropa que tenía. Me tomó de la mano, y después de despedirnos de mis abuelos, emprendimos camino. Caminamos tanto que yo solo podía llorar y quejarme... llorar y quejarme... al final ya no lloraba, solo miraba al infinito por ver si encontraba eso que mi madre buscaba con tanto ahínco. Pasaron muchos días hasta que al fin nos subimos en un barco para hacernos a la mar. Me hacía ilusión, sobre todo porque ya no tenía que caminar y además teníamos agua en una botella que compartíamos con otras dos mujeres. Una noche dormía junto a mi madre  cuando unos gritos me despertaron. Entre humo y gritos perdí a mi madre... y me perdí yo.
Teneguía

"Solo los muertos pueden quedarse". Así titula su artículo sobre el naufragio de Lampedusa, Pablo Ordaz desde Roma. Y yo añadiría: "Solo ellos serán italianos y europeos".  "Los 143 fallecidos recibirán la nacionalidad Italiana. Los 114 adultos rescatados están acusados de un delito de inmigración clandestina y por lo tanto serán expulsados y deberán paga al gobierno italiano una multa de hasta 5000 euros". Así lo proclamaba Letta en su discurso de vigilia por los fallecidos.
Qué precio más alto hay que pagar para ser italiano y europeo, ¿no?... Y para cuando ya lo eres, ¿de qué te sirve?... Celebrar vigilias y lutos por los inmigrantes fallecidos ¿tiene algún valor?...  Lamentarse por lo ocurrido en aguas europeas, sin pensar siquiera en darle una solución ¿ayuda a esas personas en algo?... ¿Y a nosotros?
En esta Unión Europea, tan deseada y civilizada, ¿Somos conscientes de que hay algo que no estamos haciendo bien?


Nos vemos y nos leemos pronto

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